domingo, 31 de agosto de 2008

POEMAS

ALAS DE POETA



Cuando quiero escribir algún poema
sobre aquello que me rompe desde antaño,
procuro controlar muy bien la rima
y así la pena se me va contando.
Me concentro en la verde sinalefa
que sugiere con álgida ternura
una selva de sueños diluidos
en un madrigal de espuma.
Hace tiempo que no puedo versarle
por temor a que la lágrima me aceche
y me convierta en duda
y me transforme en miedo.
Una verdad rotunda me conmueve,
me pronuncia, me mide, me recita,
me adentra en la cadencia de una estrofa
que ya no tiene un ritmo acompasado
porque el amor la ha transmutado en beso.
Porque la libertad de alas magenta
ha comenzado su rimado vuelo.


NEGRO ALBINO

El cantante Salif Keita afirma: "Soy albino, soy cantante, dejé
mis estudios y seguí el camino de la música.
Fue ella la que me salvó”




La maldición persigue tu hermosura
como un estigma viejo,
como una sucia herida.
Tu belleza africana,
fuerte y blanca
provoca tu desgracia.
Que una leyenda negra
mantiene amordaza
tu cándida inocencia.
Que la muerte asesina
te persigue cruenta
para vender tus miembros
en oscuros mercados
creados por la mafia.
Quien se beba la pócima
cocida con tus huesos
debería sufrir un cruel castigo.
En los frondosos bosques de Tanzania
se oye un lamento negro.
Es la voz de los niños masacrados
en viles sacrificios.
¡Que alguien pare esta pérfida locura,
la sangre de inocentes está en juego!

Las tierras de Mario


Viene a mi mente la imagen
de tu cuerpo abrazado por el mate
al ritmo del candombe .
Y la poesía en lo alto,
en lontananza,
sobre el cerro de Montevideo,
oteando el horizonte
con el destino hecho verso.
Poeta del amor y del te quiero,
te veo en las calles de la Habana vieja
tejiendo tus palabras redentoras
con risas en tus manos.
Puedo sentirte en Palma, tan cercano.
Y en Madrid, con la rima por bandera.
Te has quedado en las tierras que pisaste
para recuerdo eterno de tu insigne armonía.
Te oigo en los jardines recitando
poemas de justicia, libertad y alegría
y me lleno de amor en las rotondas,
en las plazas y en todas las esquinas.




EL REGALO


Ha llegado el día en que la vida sepa

a dulces carcajadas, a besos celestiales.

No ha sido un regalo, han sido quince,

quince flores con nombre y sello propio,

quince abrazos que son quince creaciones

con quince adivinanzas escondidas.

Partituras de sueños esperados

en días anegados por el llanto,

sin saber que una herencia de versos

nos latía aguardando.

Sonríe en las alturas, sangre mía,

porque se oirán los sones de tus cantos

con la fuerza que otorga la alegría,

con la verdad corriendo por las venas,

con el recuerdo de tu voz amada.






INTERROGATORIO


Me pides que te pregunte si me amas

como si me cantaras un bolero

y tiemblo al pensar en la respuesta.


Si tu contestación es negativa,

caminaré sin rumbo por las calles,

desgarraré mi piel a tiras finas,

vomitaré los restos de mi sangre,

gritaré mi dolor como una fiera herida

hasta caer exhausta sobre el lodo

de mis imposibles sueños.

Cuando la nobleza de mi corazón roto

cauterice su gran brecha,

decidiré, quizás, mi soledad perpetua;

un pacto vitalicio con mi sino

que, lejos de rendirse a la desidia,

provocará creaciones nuevas,

poemas con bellísimas historias

de amores cadenciosos, armónicos y tiernos,

importantes acciones solidarias,

viajes a países en vías de desarrollo.


Mas si me das un sí firme y rotundo,

no sabría qué hacer contigo en mis espacios,

no sé cuál es mi huella en tus caminos.

¿Navegaríamos juntos por mares australianos?

¿Trabajaríamos en el voluntariado?

¿Daríamos huesos de calcio a nuestros perros?

¿Nos juraríamos fidelidad eterna?


Me niego a compartir café todas las mañanas,

a tratar económicos problemas,

a fomentar la propiedad privada

y a pasear por los supermercados

haciendo tiempo hasta la hora de la cena.





OTRA VEZ AQUÍ

Otra vez al poeta solivianta

el audaz combate con su centro.

Ver al otro es como verse en un espejo,

es como escribir sobre sí mismo

un poema de amor inconcluso y eterno

que no por imposible ya no es cierto.

Por el ansia de próximos encuentros

lucha el poeta contra los recuerdos,

contra las prisiones,

contra las visiones,

contra las fantasías de los sueños.

¿Partirá el poeta hacia versos nuevos

cuando el vacío siembre su desgana

en el vergel del tiempo?

¿Abrirá el poeta una puerta de antiguos sentimientos

que redima dolores, sangre y miedos,

umbral que no será jamás cerrado

ni con las embestidas de los vientos?

SANAR


No logré curar en una semana

la bella herida abierta por milenios.

A pesar de la pesca, del teatro, de la playa…,

de la música, del cine, de los libros,

de los cuidados a mis coquetas plantas,

de las compras en los grandes almacenes.

A pesar de los vecinos de la plaza

que me contaron sus tribulaciones.

No conseguí mutar tu amor por nada

Ni siquiera…ya ves…por la poesía.



Me asomé a mi balcón y a mis ventanas.

Un camión vació los contenedores de reciclaje.

Un chaval con un portátil, navegaba.

Un perro vagabundo olía unas salchichas podridas.

Las farolas, la noche iluminaban.

Imaginé que me esperabas en la esquina

con tu camisa verde y tu chaqueta blanca,

que cruzabas el paso de cebra…

No he podido cambiar tu amor por nada,

aunque siempre me queda la poesía.


MENTIRAS CERCANAS


Te contaron que el amor era sencillo

si eras bella y estabas bien depilada;

que la felicidad llegaría

sin dificultad si tu cuerpo se machacaba

en el ginmasio del vecino,

ése que babeaba cada día

al ritmo de tus caderas cimbreando por la plaza.

Tomabas cada mañana

el café con leche de tu ignorancia

que absorbías con un gesto divino.

El día que lo viste en la esquina,

aún estabas digiriendo la marcha de tu amante.

Muchas lágrimas para tan poco amor.

Decidida a no ser jamás carne de fiesta,

no estuviste atenta a las señales

que te mostraban auténticas verdades.

Y la inquietud tiñó su despedida

con una marca en tu destino errante,

con un beso que se quedó en el aire.

Y volviste a tus horas de gimnasio,

a tu tai chi y a otras artes marciales.

Te enamoraste de dos entrenadores

y les diste lo suyo contra una colchoneta.

Un día, mientras tomabas un refresco,

encontraste un anuncio en el suelo,

que te indicó que él estaría cerca.

Mas era tarde para un nuevo encuentro.

Dejaste en su lugar la propaganda

y te fuiste a adornar otros lugares.



MAR CONCILIADOR


El mar, que nos separó, ahora nos une


Hoy los poemas vuelven a buscarme

para llevarme a mares de nostalgia.

Me ayudan a cabalgar entre las olas

de este amor que ya no tiene precipicio.

Me saludan las criaturas luminiscentes

que habitan en los pelágicos abismos,

me invitan a guardar silencio por mi alma,

me empujan hacia los rincones oscuros

del océano abismal y fascinante.

Me adentro en los misterios de la criptozoología

y llego a sentirme serpiente marina.

Soy un ser de míticos relatos aborígenes

que provoca emociones impertérritas.

Hoy los poemas vienen y me alcanzan,

me raptan, me condenan a ser musa oceánica,

guerrera del dios Bobbi-bobbi, valquiria intrépida.



LUZ AZUL






Tal vez, igual que yo,
él vio una luz azul en mi hombro izquierdo
que lo llevó a delicias únicas
donde sólo la fe y la verdad habitan.
Quizás desde el principio fue tan bello
que no pudo dejar huella en el tiempo.
Quizás todo fue así, cálido y tierno
como una caricia dentro de un cuerpo.

Tal vez, igual que yo,
se sintió pleno,
llamado por la voz del universo,
que no falla en sus designios
y siempre cumple lo que ha prometido.


Tal vez quise hallar un paraíso
donde las luces fueran una sola
mas es muy tarde para incongruencias
y me espera en la puerta mi destino.





DULCE NOMBRE DE CEREZA





Lejos, las aguas se iban llenando luna de color vieja y muy triste.





GABRIEL MIRÓ





(Dedicado a su novela Las cerezas del cementerio)











Él supo pronunciar el dulce nombre de María
y buscar los vestigios en el huerto, azada en mano,
tras la amarga frialdad de los quietísimos terrones
que tamaño dolor e ingratitud vieron antaño.
Dos vidas para idéntica alma de viajero no olvidado
Una luz tenue y feliz cuando les llegó la muerte,
una similitud veraz en sus sendas miradas.
Dos sueños para la misma boca levantina.
Besada con vehemencia la reiterada luna
que ofrecía su amor sin promesas fingidas,
no pudo la pecunia permutar los destinos.
No logró el corazón dominar a la parca.
Se comieron las cándidas y encarnadas cerezas
y tiraron los huesos junto al gris camposanto.
Dos destinos escritos sobre un anclado barco
pactaron con las olas la bella felonía.
En la escollera azul del añorado sentimiento
dormía un rayo de luna llena e insistida
que perpetuó su fugaz y lunático abrazo
en una rama del cerezo estival e idolatrado.












KONSTANDINOS

“Y no hay nada más destructivo para el
arte, tiemblo con sólo pensarlo, cuando una frase debe ser cambiada, cuando hay que omitir algo" Constantino Cavafis




El verso, alejandrino,
de un sirtaki nacido.
Palpitado en la ínsula cretense.

Conquistado por un beso minoico,
el poema de luz mediterránea,
persiguió al cortejo alegre de Dioniso
en las noches de azucarado sexo.

En la brisa de Ítaca te imagino
dibujando matices shakesperianos,
defendiendo la libertad absoluta del autor
en aras de la auténtica belleza.

Te veo entre cíclopes que te devoran
y quiero acudir a salvarte.
Permíteme, caballero griego,
que sea tu hetaira predilecta
en este viaje sin tiempo.

Puedo leer sin prisa las palabras
que nunca publicaste.
Entretanto, tú me miras.
Hoy me has hecho emerger de mi letargo
para escribir sobre tu excelsa rima.









CABESTRO




(Del libro Velázquez, 18. Poemas, 2002)









Mirando tu foto recuerdo




la luz de nuestro primer encuentro.




Unos rayos incandescentes




que asomaban, calientes, a la noche,




quemantes,




inquietantes,




partían de tus manos,




viajaban de mis ojos.




Se produjo el milagro fortuito.




A lo lejos sonaba Gurruchaga,




buscando al hombre de los caramelos.




La atmósfera, encantada,




se apoderó dichosa




de nuestra segunda cita.




Lanzaste directos




tus haces luminosos




a mi cuerpo.




Un cupido lujurioso andaba cerca,




desordenando mi vestido.




Tu voz me trasladaba a mundos interiores,




a espacios anteriores.




Me iluminé por dentro




y me di miedo.




Ya estuve convencida en el tercero




de la flecha traviesa en nuestros pechos.




Absorviste mi ser irradiatorio




y lo llevas contigo a todas partes.




Voy desnuda,




sin nombre




por las calles.




Diez minutos es mucho tiempo




para una mirada.




Me lo robaste todo y lo hechizaste.




Espero el cuarto encuentro para darte




los restos que adornan mi cintura.




Te bebiste el café.




Quedan los posos.




¿Terminó la tarea de diestro que heredaste,




marcando un volapié




a mi órgano central que aún late?




VIDA FUGAZ





Lo cotidiano engancha
y acelera
desvelando misterios
de simples contubernios,
de planes en espera.




Nos arrastra la duda
la tristeza;
el fatal desencanto,
ahoga nuesto canto,
nos hunde con destreza.




Montamos a la grupa
del corcel
que cabalga sin freno.
Accedemos de lleno
a guerras sin cuartel.






La noche llega exenta de premura
y envuelve, cual membrana,
la pugna de mañana,
asienta la cordura.




Es éste un devenir agilizado,
violento bamboleo apresurado
que nos captura, cruel
y nos fustiga.




LAS COSAS QUE SE HACEN POR AMOR




Las cosas que se hacen por amor
son las que ahora vienen a buscarme.
Llegaron en su verídico momento,
envueltas en destino transparente
como un regalo que se da sin miedo,
como una herida que ha cicatrizado
y con presteza va desapareciendo.





Las cosas que se hacen por amor,
tanto tiempo olvidadas, hoy regresan.
Le daré, sin duda, todo aquello
que mi alma, nómada y peregrina,
fue guardando en los arcenes del camino.
Para él fueron los llantos, los poemas,
la saliva de los besos a otras bocas.
Para él los silencios con verbos contenidos.
Para él las sórdidas distancias.
Para él los gélidos eneros,
para él los cálidos veranos
de siestas compartidas.
Para él las grises amarguras,
para él las recónditas preguntas.
Para él fue lo hallado en el trayecto
y lo desperdigado en el sendero.






Las cosas que se hacen por amor
le daré en los instantes venideros.
Para él serán los nuevos derroteros,
para él los abrazos más serenos.
Para él los silencios con versos sincerados.
Para él las caricias derretidas
en mermelada de fresa.
Para él las certezas expandidas.
Para él las cerezas en almíbar.
Para él los bombones de licor
y esas cosas que se hacen por amor...




RESCATE DE SANGRE




Quizás una verdad marcada y sola,
barrida en los azares del destino,
pudiera esclarecer el acertijo
que comparte la parca con el mundo.




Profunda y sincera.
Perpetua y latente.
De fuerza imbatible
su afable carácter.




Quizás fue una célula que halló su camino,
flotando en el útero rojo, donde un hijo,
al dejar su mensaje de poder rotundo
firmó en la plenitud de un limpio cromosoma,
un arreglo de sangre y bienaventuranzas.




Se hizo carne el verbo,
con la misma pasión de un ósculo venéreo,
mas la terca y devastadora muerte,
negra e inquisidora,
ensaya y practica su impura jugada
de maltida crueldad inmisericorde.







DEFERENCIAS SEXUALES

No hay nada más banal
ni despreciable
que el aspecto falaz
e intolerante,
derivado de la diferencia
que instauramos a veces
por el sexo.


Levantamos banderas y estandartes,
renovamos las leyes
y las derogamos.
Dividimos y clasificamos
según lo que recorran nuestras manos,
según el sendero delirante
que decida en momentos de plácida ternura,
atravesar un miembro.


¿Resulta tan vital,
tan importante,
el camino que el amor elige
para escribir su historia
sobre un cuerpo?




COMUNICAR VIDA




Vivir es compartir la sintonía.
Es la vivacidad en movimiento.
Es vibrar con el mismo sentimiento.
Es el intercambio de energía.

Cuando los seres gozan de empatía
se ven las lues de su entendimiento,
en una transmisión de pensamiento
en la que prevalece la armonía.

Así lanzamos nuestras emisiones.
Así captamos todo lo enviado
en un sinfín de comunicaciones.

Caminar repartiendo lo pensado
nos hace percibir las sensaciones
de un modo más veraz e involucrado.


REMEDIO ENCUBIERTO



¿Dónde va la tristeza y la locura



por la pérdida humana inevitable?



¿Quién cambia la demencia por cordura?



¿Quién transforma la pena desgarrada



en un leve luto soportable?



¿Por qué se torna brisa el torbellino?



¿Cómo vuelve el reloj a dar las horas?



¿Quién se bebe las lágrimas del aire?



¿Cómo huyen las piedras del camino?



Tras el golpe rotundo de la parca



sólo nos queda un gesto comprensible,



sólo un comportamiento remedable:



Disfrazar con el sacro regalo de la vida,



el amargo misterio de la muerte.










A VECES, LA VIDA…



A veces la vida
nos dice lo que somos.
A veces, soñando, nos lo dice.
A veces, a golpes, nos lo dice.
Cuando la vida nos habla,
y la escuchamos,
nos ofrece secretos desvelados.

A veces la vida
nos da lo que anhelamos.
A veces, sin tregua nos azota.
A veces nos premia sin descanso.
Cuando tiene ocasión
nos acompaña
para subir las cuestas del camino.

A veces escucho
a la vida que me llama,
y acudo solícita a su encuentro.
Y ella se acerca a mí
para contarme historias del pasado
que me abren las puertas del futuro.
A veces, ella viene.

A veces el sendero se oscurece
y le da la razón a las tragedias.
Y entonces, retorcida de amargura,
la vida nos acoge en su membrana.
Con su algodón de azúcar nos protege.
La posición fetal dura muy poco.
El tiempo justo para vivir mañana.

A veces la vida me dice lo que soy.
Nos dice lo que somos.
A voces nos lo dice.
A partos nos lo dice.
A besos nos lo dice.




ARPEGIOS


Todos los días muero por tu nombre
como expira la noche con el alba.
Todos los días son una quimera.
Me despierto en el centro de mi tiempo
con un dolor que muerde
y sé que has escrito de nuevo
en alguna guitarra tus deseos.
Me sobran argumentos cotidianos
para añorar el beso de tus miedos.
Y sin embargo aspiro y me recreo
con otros caprichosos contratiempos.
Y cuanto más me alejo, más me odio.
Si arriesgo en la aventura, me retracto
y vuelvo a divagar en la premura
que provoca tu apremio involuntario.
A versos me deshago por tu nombre
a desgarros abiertos, a pinceladas negras.
Me envuelvo en herméticas membranas
donde no pueda entrar la mano tibia
de tus recuerdos cálidos y neutros,
pero el hilo violeta me delata
brillando en las atmósferas etéreas,
allá donde te mecen los arpegios.
Todo aquello que adoro por tu nombre
me abraza en los más íntimos instantes
y me devora a fuertes tarascadas
que me aturden con placidez extrema.
Entregada al dominio de tu imagen
sobrevivo al transcurso de los días
que ya sólo subsisten por tu nombre.









¿PREGUNTAS?

No hay pena más hermosa que el olvido.


Me preguntas si volvió el poeta
a probar el beso
de la inevitable tibieza
de agosto y no sé qué responderte.
Es verdad que a veces,
con ansia venerada,
se sumergió en la extensa
y frondosa llanura del deseo
y atropelló su cuerpo
la verde enredadera.
Es cierto que en el borde
de su abismo violeta,
suspendido con gracia inusitada
quedó un espacio abierto
donde encontrar al hombre
que en un rincón lloraba.
Yo le vi destrozarse
en medio de su charco
y no quiso contarme
lo infecto de su herida,
lo arcano de su pena.

Se desangró en abrazos
la noche eyaculada
de tormentoso encanto
y cincelada risa.
Y la absurda amenaza
de una mirada esquiva
desde entonces me atrapa.

Me preguntas si respondió el poeta
a su cuestión más íntima
y no sé si el letargo
del cálido verano
esconde una mentira.















EL AMARRE EN VANO



No logró consumar el cautiverio
al que estaba, sin duda, acostumbrado.
El pago de dos mil euros en mano
no ayudó a someter al ser amado.
La presa no fue suya.
Ella voló a pesar de los halagos,
de los ritos, de las velas
rosáceas y magenta.
A pesar de las flores encarnadas
de intenso lazo
y pétalo encantado.
Él entregó al brujo su fortuna
firmando a ciegas su ilícito convenio.

La marcha de su reina,
amartelada herida,
dolió en lo profundo,
provocó una gran pena.
No atendiendo rituales hechizados,
ella desató el nudo.
Él perdió su sonrisa.

Pero el amor, que todo lo libera,
que todo lo solventa,
tejió su sábana en el tálamo del tiempo,
abrió en el pecho
la esperada puerta
y ella acudió a su cita
con el mago del beso.
Él olvidó de pronto sus ilegales tretas
y quemó sus fetiches en la hoguera.















EN LA TRESCIENTOS CUATRO








Sucedió en un hotel de la costa.
Las palmeras lucían luminosos adornos.
Desfilaban, airosos,
los cristianos, los moros.
Paseaba la absenta por los bares de moda.

Ella era la noche.
Ella era la vida.
Y en su centro, una rosa.

Llegó de madrugada, con el cuerpo cansado
y firmó su sentencia en la trescientos cuatro.
A lo lejos se oía, como un río de sangre,
un murmullo de banda, de tambores.
Le robó la sonrisa con los puños, a golpes.
Era fiesta en el pueblo.
Era fiesta en la calle.

Ella era la noche.
Ella era la vida.
Y su pena, muy dentro.






LIRAS AL ROJO



Pende la luz de un rojo
enardecido en magenta pupila.
Danza la llama en tu ojo,
fiero cabalga su poder, que oscila.
Perdiendo su firmeza, te obnubila.

La escarlata aventura
que supone bailar con una flama,
tu albedrío captura
Te atrapa, sin piedad, en una trama
y dentro de la hoguera, eres la rama.

Pende la luz del grana
que absorbió tu energía en un vistazo.
Tu mente, ya en Nirvana,
sólo busca que un fuerte fogonazo
te libre, en un descuido, de su abrazo.

De escarlata bravura
es el despliegue de tu esfuerzo vano
por centrar la figura
de la lengua ígnea. Rito pagano
que llevó tus sentidos a lo arcano.

Pende la luz al rojo.
En el centro, un mensaje te sugiere,
natural infrarrojo,
que captes el calor que te transfiere.
Que no quema, que no daña, que no hiere.












LABIOS DE ÉBANO




Cogió la cuchilla.
Se acercó a la niña.


Mujeres sin su sexo poblando la sabana.
Placeres extirpados en hembras mutiladas.
Horror entre las piernas africanas.
Ella la vio llegar con su gesto de trampa,
a una silla de mimbre la tenían atada.


Cogió la cuchilla.
Se acercó a la niña.


Adheridos al grito de la hermosa Ekao
pugnaban por fluir mil cuentos silenciados.
Ella luchó por liberar su mano
mas cayó envuelto en el sangriento llanto
un trozo de su carne sobre el barro.


Cogió la cuchilla
y amputó a la niña.








HAMBRE EN EL SUR


El hambre aturde y emplaza a los fantasmas
a celebrar su fiesta
de estómagos hinchados.
Colgando de los muertos hay guirnaldas
que ensalzan su bandera
de odios y venganzas.
En las mesas, con sórdidos manteles,
gusanos de las charcas
inmersos en el barro,
traficantes de armas.


En la celebración de los titanes,
acuden a bailar con la mentira.
Sus cuellos, realzados con diamantes.
Unos venden su vida,
otros compran exóticas sustancias.
En la alfombra persiguen la estatuilla,
el premio venerado.
Y mientras, en el sur, una plegaria
tiñe de sangre las palmas de la manos.








EN EL CORAZÓN DEL FUEGO

En el corazón del fuego hay un niño que grita
y conmueve al silencio intermitente.
Un estallido de cólera
y una sonrisa que se apaga
de un golpe seco.


En el corazón del fuego ya no queda nada,
ni llanto, ni pena, ni súplica.
Se escucha un silbido
seguido de salvaje estrépito.
Ira y lamento.


En el corazón del fuego estamos tú y yo,
y todos los demás,
junto a ese niño que pide clemencia.


En el corazón del fuego ya no queda nada.
Todo está destruido.
Punto y final a una inocencia muda.













EN LA MEMORIA


A Miguel Hernández

A veces, Miguel, yo te recuerdo.
Cuando paseo por el puerto.
Cuando visito el cementerio.

Deposito en tu tumba un clavel rojo
y hago memoria de tus calabozos.
Me recreo en la visión de tus paisajes,
de tus campos con sus tonos acres.
Me emociono con la luz de tus palabras
y me visto con la fe de tus abarcas.

A veces, Miguel, yo te traiciono
cuando me niego a recordar ausencias
de las que hablas en tu cancionero.

Y te pido disculpas por mi falta.
Por mi debilidad y mi nostalgia.

Otras veces, en las que siempre lloro,
reivindico tu nombre como puedo
procurando desatarme la garganta
del nudo que provoca mis amnesias.








LA CERTIDUMBRE


Esbocé la sonrisa más hermosa
elevando mis manos hacia el cielo
para pedir el logro de mi anhelo.
Me agité junto al aura de la diosa.

Traspasando la puerta, cautelosa,
descubrí la verdad, le quité el velo.
No apaciguó la fuerza de mi celo.
¡Que mi alma está si cabe más ansiosa!

Quiero seguir el son de este bolero.
No abatirán mi corazón travieso
las piedras que ha arrastrado el aguacero.

Tiene esta historia un tinte firme y fiero.
Una promesa anclada en aquel beso
que hizo mover las piezas del tablero.















LA ESCALERA








En el centro flotaba una escalera
realzada en las alturas, ominosa.
La fuerte pigmentación de los colores
que inundaba el paisaje,
suponía un retorno a la belleza
de los más idílicos recuerdos.


El extremo, perdido en lontananza,
incitaba a bailar con los peldaños,
en escalada suave y sigilosa.
Un trocito de mar, a la derecha,
con su arena amarilla y sus escollos,
suponía el retorno a la existencia
de un personaje antiguo y misterioso.


Una torcaz pequeña, diminuta,
se disponía a alcanzar, valiente, el cielo,
respetando el camino que trazaba
la línea de escalones en ascenso.
La verde y floreada barandilla
surgida de la hiedra del camino,
conversaba con aire confidente
con los rosados y esponjosos nimbos.















LA PRESENCIA


En el audaz y fértil remolino
donde la senda del destino nace,
un alboroto de energía yace
lanzando al mundo su fragor divino.

Y cuando al irisado torbellino
rogamos que su calma nos abrace,
despliega la quietud que en él subyace,
meciéndonos la luz de un hilo fino.

Empírea sensación; nos salvaguarda.
Un aura de color iridiscente
nos va alejando de la bestia parda.

El halo blanco brilla omnipotente.
La oscuridad al verle se acobarda
y se estremece el sol ante su mente.








PIRA








Perder la calma en una noche lenta
de las que empujan al escalofrío
es arañar la piel del desvarío.
Es derrotar por fin a la tormenta.

Adentrarme en la luz amarillenta
que recorre a zancadas mi albedrío
es incendiar las velas del navío,
para teñir lo negro de magenta.

Tras redimir mis gestos en la hoguera
y echar por el balcón la gris ceniza,
un volcán interior se desvanece,


y cruza serpeando la barrera.
Todo lo arcano ya se paraliza.
El rayo luminoso, libre crece.





























VIDAS VERSADAS

Pierdo por fin los sagrados documentos
y me entrego al universo rojo de las lenguas.
Trazo figuras de fuego
en la tibieza de los cuerpos.
Sé que me miras con desprecio
y no me importa.
También tú te entregarías al dulce deleite
para no sentirte tan solo
pero no te atreves.
Soy la superviviente
que pactó en muchos naufragios.
Aprendí a matar peces
cuando era una niña.
No puedo escribir que a nada temo
mas soy la reina de mis propios miedos.
Los esculpo, los cincelo.
Los dibujo en el aire con mis besos.
Nunca tuve a nadie bebiéndome tan dentro
logró retorcer mis interiores cuencos
con la audacia y la ternura de un pirata.
Pudo ser mi dios y mi pancarta.
Pude darle angustias y temores.
Pero soy una maldita aventurera
que mezcló sus locuras esa noche.
Así que, calzándome mis sueños
le dejé, tejiendo verbos en el lecho
La ciudad me esperaba somnolienta,
recóndita y salvaje, como un vicio sin nombre.
Hay quien plasma rencores en los lienzos
y narra en sus relatos los recuerdos
de sus vidas pasadas.
Liberan sus verdades en los versos,
lideran sus batallas.
Yo tuve mis atávicos momentos,
mis espacios versados,
mis leyendas arcanas.
Canalicé mis ansias, mis deseos,
con rimas, con palabras.
Hoy gozo escribiendo mis poemas
por el mero placer de hacer poesía.






















LA SOMBRA



Julio arreciaba con fuerza de estío,
destilando calores en la noche.
Estaba con ellos cuando llegó la sombra.
Era un lamento negro.
Era una pena honda.
Me siguió por el paseo, inquisidora,
mientras me abría
paso entre el gentío.
Era un gemido lento.
Era una pena rota
La extraña soledad de la que hablaste un día,
el tremendo vacío,
cuando todo termina
hasta el éxito próximo.
Así me siento yo - me ibas diciendo.
Así lo vivo yo- me ibas contando.
Déjame que te diga
que me sentí perdida,
que me encontré agotada,
oscura, pétrea y sola
y que nadie venía.






















ENTREGA




“Cada folículo de mi piel es tuyo,
cada microcélula cromosómica,
cada membrana epitelial pactada
en los adentros del vientre de mi madre,
cada resto de intersticio inmundo,
cada aminoácido de mi hemoglobina”.


Sonó la voz del venerado artista
cuando en su esencia ancestral y salvaje,
ya no era más que verso, voz y entrega,
y una historia de amor para cantarme.
Allá en los subterfugios de su mente
dormía, como niño enamorado,
la verdadera luz de su existencia ,
que permitió evadirse del impuesto
al divo y al arrastre de los tiempos.


Perpetrada, la noche, con su juego,
organizó la fiesta del poeta,
que ya fue para siempre, carne y sangre.






















EFEBO DE VIENTO



Llegaste atropelladamente hermoso
como un beso furtivo que se da sin demora,
sin duda ni pudores.
No se perdió en las cremalleras de tus vaqueros
la mano de la ninfa de los bosques.
La experiencia es más que un grado.
La lluvia destrozó, como otras veces
el sueño de la bella Salambó.
En el libro del tiempo quedó escrito
el susurro leve en el regazo,
el derrame lento de los sexos.
Y quedó en el aire la memoria rosa
de aquellos que fueron testigos del viento.
Tan sólo unos pocos supieron la historia
de tu amor pequeño.








IMPERATIVO




Llora,
que la vida te cuenta
una historia cruenta,
un problema de dos.
Gime,
que ha venido a buscarte
y que va a destrozarte
su milenario amor.
Goza,
que no hay amargura
ni dulce ternura
para el corazón.
Huye,
que viene la noche,
que llega el reproche,
que se ha muerto el sol.








ELLOS HABLAN


Han hablado los muertos
silenciados otrora.
Bajo las losas pétreas,
bajo los llantos,
han cantado los muertos
censuradas canciones.
Su mermada memoria
no olvidó las palabras
de su triste agonía.
Fueron términos libres.
Fueron frases abiertas
que han escrito en los huesos
su mensaje escondido,
su secreto gritado.
Han cruzado los muertos
una puerta en el tiempo,
un umbral de justicia.
Han mostrado los muertos
su pasado de hielo,
su dolor constreñido.
Fijémonos en ellos,
en la mirada negra
de sus cuencas vacías.
Centrémonos en ellos.
Que ellos nos dirijan
a la paz añorada.






















JORNADAS


Hay días tan tristes
como niños sin nombre,
como losas de tumba,
como urnas de muertos.
Son días sin luna
que se van sucediendo,
días de silencios.

Le doy a la llave
de ni nuevo coche.
Conduzco sin ruta
y me marcho lejos.
Son días que dudan,
que me van mordiendo,
días sin sus besos.


Resuelvo un sudoku.
Me encierro en mi torre.
Le entrego a las musas
mis últimos sueños.
Son días de burlas
que me van hiriendo
con golpes eternos.


Hay días marcados
por la faz de un hombre,
por antiguas runas,
por exhaustos cuerpos.
Son días de luchas,
que se van gimiendo
con llantos y miedos.
















UMBRALES



Cruzando umbrales descubrí las rosas
que dañaron las palmas de mis manos primeras,
de mis primeras manos.
Saludé a mis amores, besé a mis enemigos.
Sobre los marcos de las rosadas puertas
leí carteles con mensajes cifrados
que explicaban los más variados ritos
en resumidas notas.
Me entregué a las verdades,
arraigadas y solas
y recé en los altares
oraciones rimadas con versos doloridos,
con saetas sangrientas.
Ahora sé que fui estrella
de piélago y celaje
y que por estos campos
sembré un día mi semilla de terciopelo y lino.


DALIA DE ACERO



Permitir que nos duela algún tormento
es un error que a veces cometemos,
un lujo que alcanzamos si podemos
sumirnos en un mar de goce lento.


Buscar tu amor fue andar en pos del viento
tras una procesión de crisantemos.
Seguir huellas de barro no debemos,
para evitar un devenir violento.

Me entrego al poderío de las musas
por encontrar razón a mi quebranto
y te veo leyendo mis escritos.

Las líneas del ayer son tan difusas…
Es tan leve la fuerza de mi llanto…
Es tan corta la vida de los mitos…



VIERNES


Llegará el viernes como llega a muerte.
Tú estarás muy cerca y yo estaré lejana.
Hay larvas que persisten,
reviven en el agua.
Como fieras,
como toros,
cual gigante de leyenda.


Llegará el viernes como llega la fiebre.
Yo cerraré las puertas de mi casa.
Necesito vencer y resistirme
al tormento de ascuas
que me quema,
ya del todo,
cual madero de la hoguera.

PROSA POÉTICA

UN ATÁVICO PASEO
A Gabriel Miró




La dirección, calle Castaños, número veinte. El día, veintiocho de julio de mil ochocientos setenta y nueve. Un Alicante ataviado con un hondo suspiro veraniego que se escuchó en la playa, en el piélago marino, le vio nacer. El celeste inundaba las callejas con la llegada al mundo de un ser, cuya belleza creativa, tiñó de azul las cálidas palmeras. No se posa el dátil sobre el suelo sin haber recorrido el tiempo necesario, pues en el momento exacto la excelsa donosura se fusionó con la palabra idónea, con la emoción certera. Por no hablar del color y los pinceles que en la sangre de arte alicantino alzaba olas de espumas salpicadas con tintes y matices alcoyanos.
Su esencia literaria, grabada en los paisajes quedó incrustada en cada baldosa de la plaza que atesora su efigie, con recuerdos de arcilla pernoctada por las cálidas meretrices.
La magia, el misterio, la poesía de su esmerada prosa se oye por las aceras adoquinadas de Barcelona con un hilo cosido a la añoranza de su tierra levantina.
Poseía el donoso caballero un reverencial don tendente a la descripción emotiva y sensual del proceso amatorio. Como Félix Valdivia, enamorado, esparció en la alegría de la arbórea Posuna, su fértil sublimidad latente, que enalteció el verdor en los índigos horizontes. Como el ángel, como el beso de la monja entre azahares; así dejó su huella en los castizos rincones de la capital española.
Cronista de la luna, venerada en su verbo escrito, por dar luz a la noche alicantina, no recibió pecunia ni sustento que lograra acabar con sus miserias.
En Madrid fue enterrada su nostalgia el veintinueve de mayo de mil novecientos treinta y dos y fue el nombre de su tierra, datilera y portuaria, el último vocablo que expresó su adentro.
Y hasta aquí mi homenaje de gran admiración al hombre y a su obra, testimoniado en un mínimo y atávico paseo por su vida.
LA NIÑA

A Emilia, alma de luz

Soñé con una niña hermosa y suave como la claridad que tiñe a los almendros en el mediterráneo. Era su cara de una tez blanca, impoluta y eterna, tres calificativos que se adhieren al tiempo y que marcan un ritmo terso y leve, perpetuando su lánguida belleza en los hilos de una historia de leyenda.
Eran sus ojos de un verde misterioso que, al punto, conquistaron mis sentidos y me llevaron a una selva de lejanos recuerdos. Eran dos bosques de tibia sencillez en el centro de una luna inmaculada; tan silentes, tan ciertos, tan insondablemente perfilados que difundían un delicado miedo, un respeto sutil. Me miró desde lo más profundo de su vida y me llenó de una energía sublime que me invitó a seguirla en su camino.
Era un bebé precioso con una piel fragante y un pelo negro de ensortijada noche, de sinuoso rizo. Poseía la criatura unos labios carnosos y rojizos dibujados con trazos minuciosos. Me sonreía con su faz luminosa, emitía sonidos guturales, como músicas del cielo.
Jamás conocí un rostro tan amable como el suyo. Fue como ver un ángel, un querubín alado. Fue un encuentro feliz, una cita de ensueño, con momentos de plácida ternura que han quedado grabados en mi interior con fuerza, con el poder que tiene la luz por las mañanas. La llevé a pasear en su carrito, le mostré la ciudad, la presentí dichosa. Una estela de amor nos envolvía.
Retomé mis quehaceres cotidianos y descubrí a la pequeña de mis sueños en un semblante querido y muy cercano, al que dedico estas exiguas palabras.



LA MARCA DEL TIEMPO

El tiempo marca, vigoroso, el ritmo de los acontecimientos venideros.
Arraigados al poder hipnótico de la costumbre, los caminos siembran sucesos apenas imperceptibles. Son signos que aparecen difusos, aunque han sido perfectamente trazados en los espacios latentes.
El futuro lee entre líneas lo que un minuto le sugiere y provoca, en su curso, acciones perturbadoras. Las tragedias convergen en vértices de ángulos obtusos venciendo, omnipotentes, a los momentos circulares, de redondos deleites. No hay batalla cotidiana que no quede registrada en el lenguaje binario del tiempo, ni mordedura que no deje su huella en el centro de los huesos.
Mas es vano rendirse a la mera observancia de los hechos, ya que nuestros dedos pueden dibujar parábolas concéntricas de libre albedrío, espacios de luz difuminada y etérea. Así aprendemos a perfilar la vida con tinta de colores. De este modo borramos, al instante, las recetas amargas, la hiel y la retama.
Y llega, de repente, el devenir de un sueño, que todo lo resuelve, que todo lo sitúa. Despertamos un día sabiendo que la historia nos debe una respuesta. Entonces nos sentamos, expectantes, a la mesa, donde el destino sirve sus más ricos manjares, sus dulces situaciones, sus esmeradas horas, de elaboradas salsas.

ARTÍCULOS POLITEMÁTICOS Y RESEÑAS LITERARIAS


CHARLIE MIRALLES, 2009 (DESPUÉS DE CRISTO Y ANTES DE PERDER EL AUTOBÚS)

Charlie Miralles, nacido el 26 de abril de 1964 en la cárcel de Yeserías debido a la condición de su padre como director de la prisión, es un hombre carismático, sencillo y polifacético que merece la pena conocer y adentrarse en su personalidad. Su excelente humor y su buen talante ante la vida le han conducido a escribir su autobiografía cuando todavía le quedan infinidad de experiencias por compartir. Promotor musical, actor y escritor, en la actualidad practica las relaciones públicas en el equipo de promoción de Artime Ediciones. Según sus propias palabras se puede perder lo que sea pero nunca el sentido del humor. Con esa clave de comicidad ha escrito su libro 1964 después de Cristo y antes de perder el autobús, un espacio donde la tragedia cotidiana se da cita con una ingenuidad que enternece. Y es que la porción de vida que Charlie nos cuenta en estas páginas es una historia cruda donde el autor se expansiona, se esparce entre las líneas otorgando al lector la oportunidad de formar parte del entramado de su verdad, una realidad que atrae por su cercanía en el tiempo, ya que abarca una época que vivimos muchos de nosotros. Los momentos tristes provocan lágrimas que desembocan en una carcajada en el próximo párrafo provocando una extraña sensación en el lector, que se ve envuelto en una tragicomedia tremendamente actual en la que él mismo podría ser protagonista. De hecho, todos los personajes de la novela son reales; Charlie Miralles contactó con ellos y recordaron juntos las anécdotas.
En el libro se tratan temas tan habituales en nuestros días como la violencia de género, las tribus urbanas y el problema de las drogas. La novela se desarrolla en Madrid, en el barrio de Argüelles, donde Charlie pasó la mayor parte de ese tiempo, aunque nombra a Alicante, ya que el autor veraneaba en Torrevieja, localidad donde residía la familia de su madre. La movida madrileña, con su fuerza ochentera es absorbida por Charlie con el entusiasmo y el deleite de una juventud sin fronteras, obnubilada por el estallido de la recién estrenada democracia. El autor no sólo narra las vicisitudes de su adolescencia, también cuenta las peculiaridades de su dura infancia, envuelto en una situación de constante maltrato y entristecido por la enfermedad de su madre, a quien dedica la última frase de la novela que figura incluso después del epílogo bajo una imagen de un árbol con un banco vacío apoyado en su tronco y que dice así:

-Para mí era la mujer más guapa de Argüelles

Respecto a su trayectoria profesional, Miralles ha desempeñado su labor como promotor musical durante mucho tiempo y ha lanzando a la fama a varios grupos musicales y a algunos artistas independientes. Trabajó siete años con Miguel Bosé al frente de su compañía discográfica y afirma que gracias a él ha aprendido a no juzgar a la gente. En un video que se puede ver en Youtube, Bosé recomienda la lectura de este libro. Participó como actor en un corto de Julio Medem. En su faceta como escritor, Charlie ya está preparando su próxima novela, que no tendrá nada que ver con su vida, ya que cuenta una historia ficticia.
Entre las frases que podría usar para definir 1964 después de Cristo y antes de perder el autobús destaco: mezcla sutil del drama y la comedia, historia de superación personal, retrato del Madrid de los sesenta a los noventa, aventura real no exenta de mordacidad, autobiografía desnuda...aunque quizás se podría resumir todo esto en una sola palabra: emoción.
Dice Charlie Miralles: No pretendo hacer terapia sino provocar sonrisas y sentimientos. Y lo ha conseguido. Gracias, Charlie.

María José Arques Cano



























PASIÓN Y FE
EL VIAJE INICIÁTICO DE UNA MUJER HACIA LA BÚSQUEDA DE SÍ MISMA




Maritza López- Lasso, novelista, poeta y dramaturga, nació en Coclé, en Panamá. Es diplomada de Ingeniería Civil por la Universidad Tecnológica de Panamá, donde fue profesora hasta 1987. Ha vivido en Francia y en Italia. En la actualidad reside en Suiza, lugar en el que se dedica a la literatura desde 1996. En el año 2002 vio la luz su primera novela, Ajuste de cuentas, en la cual Narra la imposible reconciliación de dos hermanas enfrentadas y trata el tema de la marginalidad de la mujer .
Pasión y fe, su segunda novela, narra una historia de ficción, con personajes que aluden a situaciones reales y que ahondan en los secretos de la fe Bahá’i, abanderada por su líder espiritual, Bahá’u’llah, profeta fundador de esta religión. A través del personaje principal, una mujer llamada Nora, la autora pone de manifiesto las irregularidades existentes en esta disciplina religiosa y las extiende a otras creencias donde se dictan unas normas que pueden ser viables, pero la realidad cotidiana es otra más subjetiva y adaptada a cada personalidad individual.
A través del apasionado amor entre Nora y y Grant, un soldado de la guerrilla en El Salvador, Maritza indaga en el lado más doloroso del amor, el de la traición. La pasión entre Nora y Grant es condenada por la religión Bahá’i, y los dos son expulsados y obligados a cortar todo contacto entre ellos. Bajo esta prueba de fe permanecen por un tiempo, aunque la verdadera fe la tienen el uno en el otro, algo que al final de la novela es descubierto con gran satisfacción para el lector, ya que Grant y la hija de Nora se encuentran quince años más tarde y comentan las memorias escritas por ésta última antes de su muerte. La lectura de este diario cambia la percepción de la vida que tienen estos dos personajes.
Es importante destacar el personaje de Diosa Rey, una sabia que ayuda a Nora a encauzar el camino para encontrar su verdadero destino, cuando le cuenta algunas historias sobre reencarnaciones y otras vidas. Es curiosa la frase en la que Diosa Rey explica la razón de la existencia de las diferentes creencias:
“Las religiones existen para servir de luz a la masa que se encuentra en la oscuridad, pero una vez que se está suficientemente iluminado la religión es obsoleta”
La gran carga espiritual del libro conduce al que lo lee hacia el encuentro consigo mismo, hacia la búsqueda de su yo interior, sin caer en dogmatismos innecesarios, divirtiendo, solazando con la trama urdida por la autora para sus personajes, que viven escenas en las que son embriagados por los sentimientos frente a las normas impuestas por algunos sectores de la sociedad en la que subsisten. Es Pasión y fe, una novela en la cual la emoción disfruta de su papel relevante introduciendo a través de ella una llamada hacia la tolerancia y una crítica hacia ciertas actitudes coartadoras de libertades.
La autora nos recuerda algo que a veces, con el devenir cotidiano se nos olvida: la importancia
de poner pasión y fe en nuestras vidas.



LOS RELATOS URBANOS DE NATALIA CARBAJOSA




Tras la publicación de dos poemarios titulados Los puentes sumergidos y Pronóstico, Natalia Carbajosa Palmero, nacida en El Puerto de Santa María, profesora de inglés y directora del Servicio de Idiomas de la Universidad Politécnica de Cartagena, nos ofrece un libro de relatos muy actual, realista, tremendamente contemporáneo, repleto de historias cotidianas, donde los personajes se suceden de forma rauda, dejando en el aire su chisporroteo fugaz, aunque persistente. Personajes de variados estamentos y roles sociales, de diferentes profesiones se dan cita en esta obra, y muestran sus miedos, sus obsesiones, sus preocupaciones o sus pensamientos. Al terminar el libro, da la sensación de haber dialogado o escuchado a las personas que nos cruzamos cada día por la calle o en el supermercado. Da la impresión de que han contado sus cuitas, sus acontecimientos diarios, que se han entregado.
Patologías es el título de este libro, que se ha llevado el premio “Libro murciano del año” en la categoría de relatos, galardón que le fue entregado a su autora, el pasado veinticuatro de abril en la Biblioteca Regional de Murcia. Patologías pertenece a ese grupo de publicaciones que están vivas. Natalia ha conseguido que vibre cada página, cada palabra, recreando estampas del día a día, de cada uno de nosotros. En los efectos de cualquier patología, existe cierta parcela de vulnerabilidades humanas que rozan, sin duda, lo entrañable, lo admirable. Así, los personajes de este libro aparecen aquejados de síntomas muy cercanos a lo surrealista, y por lo tanto a lo realista, hecho que transporta al lector a un estado de relajación humorística continuado y digno de agradecimiento. Por resumir al máximo los conceptos, yo definiría Patologías como un testimonio urbano con una prosa discursiva de notable intensidad, mordaz y de ágil lectura.
Sin embargo, he de extenderme un poco más para tratar un sector que yo calificaría de subliminal y que percibo muy importante en Patologías por su labor de incitación a la lectura. Me refiero a que Natalia Carbajosa delega en el lector la difícil tarea de decisión relacionada con la displicencia, con el atroz conformismo de los personajes, un reto que merece la pena afrontar.



MIRAR LA CIMA



(JUNIO, 2006)


Publicado en el diario Las Provincias


Desde mi infancia recuerdo las Hogueras de San Juan asociadas a un tema de altura. Siempre resultó muy importante para mí esa parte de las hogueras que posee el privilegio de rozar el cielo. La mezcla entre los colores en la cumbre de los monumentos fogueriles, y los matices naturales que ofrece a los ojos la visión del firmamento produce en mí un particular conjunto de sensaciones que me conducen a sacros agradecimientos.
Se recrea el artista en las alturas con especial interés y eso provoca un inmenso placer en las retinas de los alicantinos, que en sus matinales paseos inclinan sus absortas cabezas aunque el sol les moleste con sus incómodos deslumbramientos. La magia se transmite.
Este milagro de la percepción alcanza para mí su instante más hermoso, su momento más exultante, en la Nit del Foc, el veinticuatro de junio, cuando la cúspide colorista se pierde en la gama de rojos infinitos; cuando la llama cálida, ígnea, negra en el vértice, quizás por su afán de fundirse con la noche, se alarga poderosa hacia lo alto sumando centímetros al impresionante monumento de cartón, que ya no pide ayuda, pues prefiere entregarse a la bóveda celeste.
Mantengo viva la esperanza de que, a pesar de las lesiones cervicales que me ha producido una caída que sufrí en mayo, pueda un año más disfrutar de estos privilegios que me han sido otorgados por ser alicantina, por residir en mi amada terreta. La semana pasada, oí un castillo de fuegos mientras reposaba mi cuello en el sofá. Creo que mis vértebras también lo escucharon, ya que desde esa tarde, he experimentado una gran mejoría.
Me encuentro muy feliz porque, a pesar de todo, el destino no me va a negar la posibilidad de…mirar la cima.





IMÁGENES DE UN MUNDO MIRONIANO


La relación de la obra de Gabriel Miró con el cine se puede calificar de efímera. Tres obras del escritor alicantino han sido llevadas a la pantalla, Las cerezas del cementerio, Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso. Estas dos últimas han sido
emitidas en una única serie de televisión. Además, uno de los capítulos del espacio televisivo Los libros, estuvo dedicado a la novela El obispo leproso.



LAS CEREZAS DEL CEMENTERIO

Sin duda, al presidente del Festival de cine de Alfaz del Pi, Juan Luis Iborra, director de la película, le debió resultar complicado plasmar la realidad de la época en la cual se desarrolla la novela, ya que a la complicidad que cualquier adaptación de un libro conlleva, se añade que en Las cerezas del cementerio, sólo encontramos una referencia histórica concreta, a saber, la alusión a la Buena Prensa, que es el nombre que se le daba a las instituciones de prensa de carácter católico, las cuales trataban de promocionar la consolidación de las buenas costumbres, con sus textos y con los eventos que organizaban. Este detalle, de suma importancia, lo descubrí con la lectura de una nota aclaratoria de Miguel Ángel Lozano Marco, en su edición de Las cerezas del cementerio, y es un hecho que añade dificultad a la labor del cineasta alicantino. Sin embargo, el resultado de la adaptación escénica es muy positivo, y las imágenes nos llevan, nos inducen, a la recreación en las estampas de aquellos tiempos.
La cinta fue producida por Coral Valencia y está fechada en el año dos mil cuatro. Se emitió en Televisión Española el uno de enero del año dos mil cinco. Fue financiada por la Generalitat Valenciana. Además, colaboró en la puesta en marcha del proyecto, la Obra Social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo.
El film fue estrenado en el cine ABC Park de Valencia y se emitió en Televisión Española en forma de miniserie de dos capítulos de una hora de duración cada uno. Se rodó en Rocafort, Alcira, Polop, El Puig, Bétera, Picaña, los Jardines de Monforte, la playa de la Malvarrosa, la iglesia de Campanar, el Museo del Ferrocarril, el Salón de Cristales del Ayuntamiento de Valencia, la Estación de Algodor, en Toledo, el hotel Ritz y el Casino de Madrid. La mayor parte de los escenarios son levantinos, aunque no lugares alicantinos.
El film fue interpretado en sus principales papeles por: Concha Velasco, en el papel de Beatriz, Félix Gómez, que encarna a Félix Valdivia, Xavier Elorriaga, Álvaro de Luna, Juli Mira, Rebeca Valls, Empar Ferrer y Magüi Mira. La mayoría de los actores son de procedencia valenciana.
Existen unas marcadas diferencias entre el libro y la película, que pueden llegar a disgustar al espectador que antes haya sido lector. Estos detalles, algunos de mucha importancia, pueden resultar rayanos en lo exagerado. El mayor de los ejemplos es que, parte de la acción, en la película, se desarrolla en un tren, y en la novela, en un barco. Es tarea ardua intentar comprender los motivos que empujaron a Juan Luis Iborra a cambiar de un modo tan contundente el lugar donde tienen cita unos acontecimientos que, sin duda alguna, son relevantes para la comprensión de la trama, desde la perspectiva de la introducción de los personajes, así como del estilo literario de Gabriel Miró, con su frecuente descripción emocional de los paisajes.
Al visionar la cinta, se añora la riqueza de léxico de los diálogos mironianos, aunque he de reseñar que en el guión cinematográfico se escucha una frase en la voz de Beatriz que puede llegar a resumir, si cabe, la relación de Gabriel Miró con las emociones, con las sensaciones. Me refiero al momento en el que Beatriz le dice a Félix: -No les hagas caso. Es hermoso dejarse llevar por la emoción. Pienso que el novelista, en este caso, ha conquistado las raíces internas del guionista, que transmite, a su vez, en el film, sus propias percepciones, adquiridas al leer la novela.
El libro se presenta repleto de pequeñas y grandes transgresiones. La más significativa de estas pequeñas hazañas reivindicativas de los personajes es la ingestión de las cerezas del camino del cementerio por parte de Beatriz y de su hija, Julia. Iborra destaca la importancia de este pasaje y lo enmarca en una larga secuencia.
Al comienzo de la cinta, ya se muestra una situación propensa a la infidelidad posterior cometida por Beatriz. Se trata de la confesión que le hace ésta a su hermana, en la que se refleja la gran insatisfacción matrimonial que siente la protagonista. También, desde el principio, se muestra a Félix Valdivia, que es todo amor, como un joven alocado, de carácter voluble y débil, proclive a vivir una pasión romántica y fugaz.
Una escena de gran belleza vital es aquella en la que Beatriz lee la carta que, con anterioridad, ha escrito a su hermana, mientras Félix, al fondo, cava en el jardín. El espectador es envuelto en el amor de los protagonistas, desde fuera, como si descubriera unos sentimientos que ni los mismos amantes conocen.
La luna, presente en la obra de forma reiterada, también ocupa su lugar en la cinta, en una preciosa secuencia en la cual Félix contempla absorto el blanco satélite, ensombrecido por alguna nube pasajera y nocturna.
El paralelismo evidente entre Félix Valdivia y su padrino, Guillermo Valdivia, tantas veces observado en la novela, Juan Luis Iborra lo retrata de forma magistral, en varias ocasiones a lo largo de la película. Es encomiable la escena del baile de disfraces del Casino, en la cual Iborra utiliza una técnica infalible para poner de manifiesto la similitud de los dos Valdivia. Me refiero al doble papel, ya que Félix Gómez interpreta los dos personajes. Así, podemos ver a Guillermo Valdivia con el mismo aspecto físico que su sobrino, nacido varios años después.
Como nota curiosa, quiero añadir que la dirección de Lamberth, Beatriz y Julia es: calle Gabriel Miró, nº 10. Otro dato reseñable es que Iborra no olvida nombrar a José Martínez Ruiz, Azorín, en uno de los diálogos.
Juan Luis Iborra ha dicho de la novela: “Las cerezas del cementerio refleja la pasión y el conocimiento de Gabriel Miró por los personajes femeninos enmarcados en una gran historia de amor de dos personajes avanzados en su tiempo y oprimidos por los corsés de una época”.



NUESTRO PADRE SAN DANIEL Y EL OBISPO LEPROSO


Con el título de El obispo leproso, se emitió la serie de televisión dirigida por José María Gutiérrez González, y que engloba dos obras de Gabriel Miró, Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, denominadas las novelas de Oleza.
La serie se emitió en 1990 en Televisión Española.
El reparto cuenta con nombres relevantes dentro del cine español. Silvia Munt es Paulina, Tito Valverde, Don Magín y Mercedes Sampietro encarna a la tía Elvira. La pareja formada por María Fulgencia y Pablo está protagonizada por Lydia Bosch y Aitor Merino respectivamente. La música original es de Alejandro Massó y la excelente fotografía corre a cargo de Rafael Casenave.
El rodaje tuvo lugar en diferentes escenarios de la geografía española: Plasencia (Cáceres), Mula (Murcia), Belchite (Zaragoza) y Orihuela (Alicante).
La figura del narrador propicia un acercamiento intenso de la serie televisiva a la obra escrita, ya que algunas frases son trasladadas literalmente de la novela a la voz de éste, que en algunas ocasiones nos deleita con párrafos enteros de las dos obras del autor alicantino.
El rico y variado vestuario nos transporta a la época sin dificultad. Son destacables, en este sentido, las escenas en las que el director se recrea en las procesiones de Semana Santa.
No ha pasado por alto el director de la cinta, la clara diferencia entre las clases sociales, patente tanto en Nuestro Padre San Daniel como en El obispo leproso. La distancia entre los estamentos de la sociedad queda reflejada en varias escenas en las que los “niños pobres” insultan a los “niños ricos”. Pablo Galindo, el hijo de Don Álvaro, es increpado en algunas ocasiones llamándolo “el señorito”.
Las mentalidades que conviven en las dos novelas son plasmadas con eficacia en el film, donde el conservadurismo más radical choca y cohabita con el progresismo. Así mismo, el asfixiante poder de la Iglesia Católica se observa en cada secuencia, incluso cuando la acción se desarrolla fuera de un entorno religioso.
Las secuencias en las que se muestran los pasajes relativos al proceso amatorio entre María Fulgencia, la monja, y su ángel, Pablo, son de una elegante belleza escénica, comparable al texto literario de Miró. Amor divino y amor humano se funden en uno sólo, se condensan en el amor que siente María Fulgencia por Pablo. Según este concepto, Pablo se convierte, a los ojos de la joven, en un emisario celestial; es llevado a la pantalla con gran maestría, en particular en las escenas en las que el venerado ser angélico dirige el rezo del rosario. El director juega con la cámara; acerca y aleja la imagen de los dos enamorados, a su debido tiempo, consiguiendo un efecto atrayente en el espectador, que se involucra, de manera incondicional, en esta curiosa experiencia pasional y mística. El apreciado valor que el escritor alicantino otorga a las percepciones sensoriales, transmitidas por la visión de los paisajes naturales, se concreta en la figura de Pablo Galindo, cuando va apareciendo entre los naranjos del huerto de su maestro y rival, don Amancio.
La unión de situaciones contrastadas, propia de las novelas de Miró, se hace evidente en múltiples ocasiones en la serie de televisión, donde Manuel Gutiérrez González no disfraza en absoluto esta técnica visual y convierte la película en una sucesión de atractivos contrastes.



LOS LIBROS


Con María Kosty, en el papel de María Fulgencio, y Juan Ribó, interpretando a Pablo Galindo, Televisión Española dedicó un capítulo de la serie Los libros, a Gabriel Miró, más concretamente, a El obispo leproso.
El capítulo, que incluye un documental de Orihuela, tiene como presentador al poeta y ensayista granadino Luis Rosales Camacho, miembro de la Real Academia Española, fallecido en mil novecientos noventa y dos.
El guión y la dirección corrieron a cargo de Julio Diamante, que también se detuvo en la figura del ángel, Pablo Galindo, así como en la amistad de éste con el obispo.
El esfuerzo de estos cineastas es digno de elogio, sin embargo, el mundo de emociones internas que se desprende de la lectura de las obras mironianas, convierte a éstas en novelas difíciles de adaptar al cine. Por esta razón, la experiencia cinematográfica del espectador, dista mucho del mundo de beldad narrativa que infunde al lector la palabra escrita por Gabriel Miró.












AROMAS INOLVIDABLES
Publicado en el diario Las Provincias

Hay aromas que no pueden olvidarse. Quedan impregnados en el tiempo para siempre. Hablo de esas esencias guardadas en frascos grandes o en pequeñísimos recipientes pero que perduran a través de los años y que ambientan con su fuerza aromática los lugares por donde pasan cada vez que vuelven a abrirse.
Por eso algunas tradiciones no deben morir y no fenecerán jamás. Por eso cada año se abren los sagrados pebeteros que esparcen sus fragancias por un hermoso tramo de la nacional 332, un tramo de carretera que vibra al unísono durante un día en el que el sentir alicantino se hace presente. Me refiero al camino que conduce al Monasterio de la Santa Faz, una senda que se recorre con un particular entusiasmo colectivo, con un latido único y compartido.
La Santa Faz me huele al mar del Postiguet, a dátil levantino, a esencia de azahar, a tomillo fresco, a rollitos de anís con aguardiente, a tortilla de patatas, a pintura de ninot, a incienso, a pólvora de fuegos artificiales, a coca amb tonyina y bacores, a fuego crepitante, a paella, a horchata con rollitos morenos, a los besos de mi madre, al recuerdo de mi padre…
Pero en especial, creo que el olor más característico de esta romería tan alicantina, es el olor a terreta, y a mi entender, no hay perfume que pueda igualarse a éste. Queda en el aire tras la peregrinación durante meses, sin perder su integridad ni su pureza. Doy fe de ello, porque recorro en mi coche ese itinerario todos los días del año, camino de mi trabajo.
El tumulto se va, con su armónico sonido de empatía; desaparece tras la romería el clamor de las gentes, pero quedan plasmadas en el asfalto las promesas, los sueños, las oraciones, los deseos fervorosos y las vivas ilusiones de todos los que cada año caminamos por el sendero que conduce a ese rostro tan amado…la Santa Faz.
Hay aromas que no pueden olvidarse…

ENTREVISTAS

































PALOMA LORIBO, LA LUZ AFRICANA



Paloma Loribo, compositora, cantante, escritora, cuentacuentos, actriz y pintora, nació en la isla de Bioko, en Guinea Ecuatorial. De padre escultor, llegó a España en 1992, impregnada por las aguas de la fulgurante catarata del río Eola. Como embajadora de la cultura guineana, ha recorrido toda la geografía española, ofreciendo su arte bajo el prisma de la multitud de facetas en las que trabaja, siempre inspirada por la hermosa magnificencia de su África natal, la tierra que la vio nacer y crecer.
La polifacética artista, ganadora del primer premio como intérprete a la mejor canción tradicional cuando tenía tan sólo quince años, ha cosechado grandes éxitos como integrante del dúo Las hijas del sol, componiendo y grabando seis álbumes que transmiten con sus notas la magia del sentir africano, ya que, según palabras de la propia Paloma, “en África la música no es una profesión, sino una manera de ser y de sentir”. Actualmente ha dado comienzo a su carrera musical en solitario, con el nombre de Paloma del sol.
En junio de 2006 vio la luz su primer libro de relatos, titulado Cuentos africanos, donde cuenta dos historias de sendas niñas africanas que luchan por su superación personal. Son narraciones que involucran al lector y lo transportan a mundos donde habitan valores personales de gran utilidad para el crecimiento interior, como la nobleza, la lealtad, la comunicación interracial y la importancia de la amistad verdadera. Se trata de personajes tiernos y duros al mismo tiempo, como los paisajes de la isla de Bioko, como sus gentes, emprendedoras y transmisoras de la vivificante energía natural africana.
La pintura constituye para Paloma Loribo un reto y un placer procedentes de los fructíferos encuentros de la artista con su yo interior. Este bagaje espiritual sin precedentes la ha conducido a crear obras de inquietante belleza; cuadros que poseen, intrínseca, una profundidad espiritual que emana a través de los colores plasmados. Además sus pinturas tienen la particularidad de ser transmisoras de su mundo interior con una facilidad alarmante, tal es el caso de una de las obras que aportó a la exposición Enigma Picasso (Retratos a su autorretrato. Miradas al espejo desde el siglo XXI), en la cual la artista nos sumerge en la profunda mirada negra de un Picasso africano que parece llamarnos desde algún recóndito paraje de su alma. Esta muestra, que ha contado como comisario con el periodista y poeta, Mauricio de Miguel, forma parte de las dieciocho exposiciones en las que Paloma ha mostrado sus trabajos pictóricos desde que en el año 2003, en la Galería Amador de los Ríos, en Madrid, la artista iniciara la andadura de exponer sus creaciones, deleitando las miradas en prestigiosas salas como la Casa de Cultura de Aranda del Duero, el Centro Cívico de Cerrada, en Valladolid y la Sala de Exposiciones de la Obra social de Caja Duero, en Salamanca, entre otras.
En el año 2005, participó en la exposición colectiva titulada Los colores de la música, junto a artistas de la talla de Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Bebe, Joaquín Sabina y Luz Casal, donde los músicos cogieron el pincel bajo la batuta del pintor, diseñador y letrista Pablo Sycet.
La Sala de Exposiciones Charco de San Ginés de Arrecife, en Lanzarote, acogió en noviembre de 2006 la muestra individual bautizada por la propia artista con el nombre de “Biosfera, arte y mestizaje”. Esta colección también pudo ser admirada por el público durante el mes de marzo de 2007, en el Centro Cultural Ramón Luzzy de Cartagena, con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora.
Sus comienzos en la pintura datan de 1995, cuando, por afición, empezó a plasmar en las telas sus percepciones íntimas, sus sensaciones más personales. Creativa por naturaleza y autodidacta, utiliza para la composición de sus cuadros, minerales extraídos da las rocas de la isla de Bioko, como el tö öbo, usado por los bubis en uno de sus ritos tradicionales y el curativo y refrescante calaba chök. De este modo, Paloma inocula sus raíces a través de las pupilas de todo aquel que contempla sus pinturas, regalándoles un trozo de la bella África.
En este catálogo, la artista quiere ofrecer a los admiradores de su arte la posibilidad de compilar sus obras, algunas ya en poder de sus propietarios, en unas páginas que constituyan un recuerdo de cuadros anteriores, una muestra de sus creaciones actuales y una puerta abierta a la luz de nuevas composiciones pictóricas. Asimismo, Paloma quiere agradecer su colaboración e interés a los admiradores de su arte que adquirieron alguna de sus obras, contribuyendo de este modo a la difusión de la cultura guineana en el resto del mundo.























PAPALLONA TEATRE: LA CRISÁLIDA MÁGICA










Las entrevistas tienen mucha vida-me dijo un compañero de la Asociación Auca de las Letras, hablando sobre la revista-. Yo le contesté que estaba totalmente de acuerdo. Esta premisa, en el caso de Papallona Teatre, se colma de credibilidad. El contacto con ellos constituye para quien lo disfruta, un auténtico contagio de energía, por la enorme vitalidad que transmiten, una fuerza que, en parte les ha sido inoculada por el trato continuo y genuino con los niños, tanto en su labor docente como en su parte lúdica; dos facetas que, según me han explicado, ellos practican unidas. En esta unión inseparable de lo cotidiano con el juego, es donde radica el secreto de su éxito.







Rosa Fraj y Pepe Jerez comenzaron a involucrarse de lleno en el mundo del teatro en el año 1993. Su estreno tuvo lugar en el Teatro Principal de Alicante con la obra Pic y vola.







Desde entonces han cosechado muchos éxitos a través de la geografía internacional.







¿Cómo definiriáis a Papallona Teatre?







Rosa Fraj-Papallona Teatre está constituido por un grupo de artistas que combinamos la puesta en escena de obras de teatro con la formación de actores. En este sentido estamos trabajando con niños de siete a doce años en un taller de Teatro en horario extra escolar en el Colegio Público Serra Mariola. También dirigimos el taller de Teatre Crisàlide, en el cual, jóvenes de doce a diecisiete años se forman en teatro y realizan un montaje. Este grupo participó en Alicante a España en el año 2003 en homenaje al cumplimiento de diez años desde la creación de Papallona Teatre con un montaje titulado Antología Papallona. En esta obra, los chavales interpretaban diferentes escenas de las obras qu se han ido estrenando a lo largo de estos diez años.


¿Estas obras las escribís vosotros?


Rosa Fraj.- La mayoría de estos montajes son de cosecha propia, como El dragón y la mariposa, Poesia ets tu, Una de pirates y Tres històries sobre la vida, obras éstas en activo. También tenemos una adaptación de la rondalla de Enric Valor, L'envejos d'Alcalá.


Supongo que la puesta en escena de todas estas obras llevará implícito un duro trabajo rlacionado con la creación de escenarios. ¿Quién desempeña esta labor en Papallona Teatre?


Pepe Jerez- Yo soy el creaor de todos los escenarios, carpas y personajes de cartón que usamos en nuestras actuaciones. También utilizo para la elaboración de estos decorados, materiales reciclados. El vestuario, los colores, la elección de las formas, todo esto le da una coherencia increíble a la puesta en escena de nuestras obras. No pienso que nuestro teatro sea del todo definible. La magia surge gracias a la amalgama de cosas que da lugar a un conjunto repleto de armonía escénica.


En la actualidad, ¿quienes integran Papallona Teatre?


Rosa Fraj- Ahora mismo trabajamos en el grupo dos actrices, Ana Belén Aguilar Mateos y Yolanda Santos Marrrero; tres colaboradores, Emilio Torregrosa, María Cruz Serrano e Isabel Gómez García. Emilio participa en el montaje La casita de los cuentos, obra que participa en la Mostra de Teatre Valencià. Mari Cruz es mimo y actriz y participa en el montaje Tres històries sobre la vida.


En la sección de recortes de prensa de vuestra página web he leído el siguiente titular: Papallona Teatre enseña a los niños el arte de rimar ¿Cuál es vuestra relación con la poesía?


Rosa Fraj- Es una relación bastante estrecha. Una de nuestras obras, titulada Poesía ets tu esta encauzada a acercar la poesía a los niños. Los personajes principales son Tomasa y Nicolasa, dos payasas que ayudan a los más pequeños a familiarizarse con el arte de rimar, convenciendo al público en general de la importancia que la poesía tiene en la vida de las personas. Como en todos los montajes, lo hacemos de un modo divertido y atrayente:


¿QUÉ ES POESÍA?


PUEDE SER TRISTEZA O ALEGRÍA


LA POESÍA


NO ES TU TÍA


COMIÉNDOSE UNA SANDÍA.


POESÍA SON PALABRAS EN MOVIMIENTO


QUE TE LLEGAN MUY ADENTRO.


NO SE ME OCURRE NADA


¿SERÁ QUE ESTOY ALELADA?


Ha supuesto para mí un vivificante placer realizar esta entrevista. Espero que sigáis disfrutando de muchos éxitos y que avancéis en vuestra magnífica labor, en aras de la difusión de la cultura.


Rosa Fraj- Ése es nuestro deseo. Nosotros vamos a seguir trabajando con la ilusión y el esfuerzo que siempre nos ha acompañado.


























CAMINOS DE DESEO



El día tres de mayo del presente año fue estrenada en la Casa de Cultura de El Campello la última película del cineasta alicantino David Israel Méndez, colaborador de la revista Auca, que en varias ocasiones nos ha deleitado con sus interesantes artículos sobre diversos filmes.
No es la primera vez que David Israel presenta una película, aunque sí es cierto que éste es el primer largometraje de su creación que ve la luz. El cineasta desempeña diferentes trabajos en sus filmes ya que es guionista, productor y director de cada una de sus cintas. Ha escrito y dirigido siete cortometrajes, entre ellos El control de la carrera, Una mujer en lo oscuro, La emoción y Ellos y tú. En el año 2000 fue premiado en el Concurso de Guiones promovido por la Universidad de Alicante, con Las huellas rojas. Tiene cuatro largometrajes a la espera de ser convertidos en cintas y asegura que cuando escribe un guión es incapaz de hacer otra cosa hasta que lo termina. Con motivo del estreno de Caminos de deseo, concerté una cita con él para preguntarle sobre los detalles del film.
Es prácticamente imposible para mí hablar con David Israel Méndez sin sentirme indagada por su particular mirada cinematográfica. Se diría que filma mientras dialoga, algo que no merma sus magníficas facultades como conversador. Es un hombre que transmite una gran energía vital y, como siempre que platicamos, me sentí llena de fuerza tras nuestro encuentro, que duró varias horas.
Quedamos en una cafetería de Altozano Sur y allí me contó los pormenores del rodaje de Caminos de deseo, que comenzó en el dos mil cuatro con el planteamiento de las ideas, la producción de la película, la elección de escenarios y la búsqueda de actores que se ajustaran a los personajes, prosiguiendo dos años después con su edición y su sonorización.
La producción de esta cinta, cuya duración es de dos horas y cinco segundos ha corrido a cargo de David I. Méndez, Jesús Del Val, Bernardette de los Ríos, Dulce Fajardo, Conchi Pina, Pepe Gil, Marina Martínez de Baroja, Mª Ángeles Alcaraz y Ángel Méndez.
Los escenarios, exteriores en su mayor parte, recorren la geografía de la provincia alicantina desde Elche a Benidorm pasando por Biar, El Campello, San Vicente del Raspeig. También se han filmado imágenes en Bocairent (Valencia). En Alicante se han rodado escenas en lugares muy emblemáticos de la ciudad como los aledaños de la Plaza de los Luceros, antes de dar comienzo las obras, el Parque de Canalejas, la tetería del Tábano, Panoramis, la calle Maissonave, el Parque Juan Pablo II en San Blas, el puente de acceso al centro comercial Plaza Mar 2, la avenida Dr. Rico, donde se tomaron imágenes dentro de un autobús, las lagunas de Rabasa, el túnel de entrada al Castillo de Santa Bárbara y un conocido pub del barrio de Santa Cruz. Según confiesa el cineasta, le encantan los paisajes urbanos de Alicante, ciudad a la que considera muy cinematográfica.
David ha contado con más de cuarenta actores en este film. Algunos ya han trabajado en sus cortometrajes aunque la mayoría son nuevas promesas del cine que ha encontrado en diversos grupos de teatro. Manuel Jurado, actor de las series televisivas R.I.S.Científica, Cuentame y El internado es Ángel en Caminos de deseo.
Respecto a la música, en la cinta se escuchan algunas canciones incidentales en pubs y cafeterías y algunos temas no originales. Además, suenan en el film un total de doce temas musicales originales, once de ellos compuestos por Pablo del Val que también actúa en la película dando vida al personaje de Marcos y un tema de Manuel Ortuño titulado The ride of the souls.
Caminos de deseo es una historia coral en la que los cuarenta personajes que intervienen en ella tienen una importancia vital para el desarrollo de la trama. Es un experimento narrativo bastante peculiar ya que juega de continuo con el tiempo y el espacio en la exposición de los acontecimientos, que se suceden a través de quince tramas argumentales principales que hacen referencia al deseo, ya que el tema del film está basado en los diferentes anhelos de las personas. Según palabras del propio David Israel, “la película relata una historia de seres humanos que desean cosas y que intentan encontrar un sentido a lo que hacen y a lo que viven, convirtiéndola en una cinta algo existencialista. La vida es bonita pero a veces resulta triste y el film navega por esta idea. La vida puede ser fea pero siempre queda soñar. Me gusta la gente que sueña. Creo que el deseo es vital para la existencia”.
Es algo habitual en David Israel Méndez que en sus películas trate con profundidad los sentimientos humanos, las emociones, el deseo, la incertidumbre ante una obligada e inminente elección, como en el caso de Ellos y tú. Al abordar este tema David declara: “Siempre hago películas sobre personas, sobre sus motivaciones internas, sobre todo aquello que les induce a hacer ciertas cosas; en Caminos de deseo muestro historias de la vida real que suceden en una ciudad y que son registradas por una cámara que, gracias a una voz en off, adquiere vida propia, convirtiéndose en uno más de los personajes. Esta cámara puede simbolizar el cine, que va buscando algo que narrar, un guión que filmar. Entonces, se mueve por una ciudad y va encontrando personajes. Mientras éstos le interesan, se queda con ellos y narra un trozo de sus vidas. Todo esto la cámara lo vive con tristeza, ya que tiene que limitarse a ser una mera observadora. Reconozco que el film puede parecer una entelequia. Lo cierto es que yo estoy realmente satisfecho de los resultados y ya estoy
bastante relajado, aunque el sosiego se alargará durante poco tiempo, porque estoy escribiendo un nuevo guión”.
David se queja de que el mundo del cine entraña grandes dificultades y mucho trabajo que a veces no es reconocido, sobre todo “si haces el cine que te gusta”.
Para finalizar le hice la siguiente pregunta:
-David, ¿por qué haces películas?
-Es una necesidad. No me siento tranquilo si no las hago.