UN PUEBLO ESPERA
No espera Haiti, aguardan los haitianos
Aterrado por las voces de los muertos
sufre y llora.
Mas en el hedor triste y maloliente
de la parca envuelto,
es su grito el lamento
de la vida.
Es el feroz bramido
de una tierra
que pare una esperanza nueva.
Y la asistencia al parto nunca llega…
La duda y el dolor cubren la espera
con una sombra oscura de tristeza,
con un gesto en el aire que parece rendirse
a la verdad desnuda de una mentira eterna:
“Que ya no vendrá nadie, estamos solos,
vinieron a aliviarnos y ante tanta miseria
no hubo paz en sus ojos
hasta que el personal combate cotidiano
les colocó su venda”.