KARMA
Ya no tengo barreras en mi vida
ni muros que entorpezcan la nostalgia
que hierve en el caldero de mi memoria negra,
recuerdo de aquel tiempo tenebroso,
entre corales y arenas blancas.
Rememoro sin miedo cada beso,
cada penetración desmesurada
en mi alma caliente.
Y descubro que puedo herirme sin sangrarme
porque los cuerpos a los que vendí mi carne
son seres adorables que pagan con justicia
la rastrera vileza de sus actos.
Ya no tengo barreras en mi vida.
Ya puedo recordar sin miedo
y mirar a la cara al enemigo
que ya no es dolor ni odio ni venganza.
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