ACERCAMIENTO
Te presiento cerca con el mismo fuego de un volcán que ha preparado su fuego durante milenios, ascuas errantes que encontraron su sereno camino una tarde de otoño, cuando nos miramos con insistencia y notamos que la tierra se abría y nos tragaba, ese día en el que una luz rosada nos envolvió durante unos rosáceos minutos y supimos la verdad de nuestras auras.
Te acercas al ritmo en el que yo me alejo de otros asuntos y no sé si lograrán entender mi despedida. Les diré que el amor nos esperaba. Les diré que una verde enredadera me tendió su trampa verde y sinuosa y que desde ese lugar me balanceo entre la duda y la nostalgia. Les contaré una historia de músicas errantes, de notas placenteras. Les diré que son asuntos celestiales. Quizás comprendan...
PRIMERA PERSONA
De nada me sirvió atribuirle miles de defectos que por deformación profesional rebusqué en un diccionario con gran esmero y mayor deleite, ya que tras los grandes esfuerzos por adornar la lista de taras con los los más negativos aspectos de su carácter, acerqué el atestado papel a mis labios y lo besé con gran ternura, como si materializara en él todas mis ansias de abrazarle. Después lloré con tanta intensidad que las palabras dibujaron con su tinta regueros de incontenible deseo que formaron un corazón azul marino que parecía latir acompasado al ritmo de los recuerdos. En la radio se escuchaba A la primera persona de Alejandro Sanz y salí a la calle a buscar nada con el dolor impreso en mi sonrisa y la palabra estúpida repetida cincuenta mil veces en mi interminable listado de errores.
PRIMERA PERSONA
De nada me sirvió atribuirle miles de defectos que por deformación profesional rebusqué en un diccionario con gran esmero y mayor deleite, ya que tras los grandes esfuerzos por adornar la lista de taras con los los más negativos aspectos de su carácter, acerqué el atestado papel a mis labios y lo besé con gran ternura, como si materializara en él todas mis ansias de abrazarle. Después lloré con tanta intensidad que las palabras dibujaron con su tinta regueros de incontenible deseo que formaron un corazón azul marino que parecía latir acompasado al ritmo de los recuerdos. En la radio se escuchaba A la primera persona de Alejandro Sanz y salí a la calle a buscar nada con el dolor impreso en mi sonrisa y la palabra estúpida repetida cincuenta mil veces en mi interminable listado de errores.
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1 comentario:
Gracias por visitar mi blog!! mi blog es de principiante total jajaj!
Por cierto,preciosas todas las poesías así da gusto entrar a un blog!! que envidia ^^
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