viernes, 26 de abril de 2013


LOS RECUERDOS DE MI VIDA LABORAL


Mis recuerdos laborales son una mezcla dantesca de la vida con la muerte, del dolor con la alegría, de la risa con el llanto. Y hablo de recuerdos porque en las salas donde ahora luce la historia antigua de Alicante encerrada en urnas de cristal, viví momentos inolvidables que me marcaron para siempre. Luego fui trasladada al Hospital de San Juan y allí, como telefonista desempeño mi labor en turno rodado, ofreciendo mi voz como único contacto con familiares y pacientes, salvo cuando impartí el taller de poesía para pacientes psiquiátricos, algo que busqué con ansia, pues me urgía ese contacto humano con el paciente que ya había probado en el Hospital Provincial y que desde antaño añoraba.
En el Hospital Provincial trabajé en diferentes servicios y conocí distintas facetas humanas, tanto de mis compañeros como de los pacientes. Me comuniqué a diario con los presos de Foncalent, a los que llevaba en secreto tabaco y revistas. Y al mismo tiempo me iba a almorzar con los policías que los custodiaban. Conocí de cerca el cáncer en casi todas sus variedades y fases y el VIH. Tuve en mis manos vísceras humanas y limpié la cámara mortuoria introduciéndome en ella como si fuera un cadáver y me pinché en Radiología con una jeringuilla con la que había sido inyectado un preso con Hepatitis C, algo que nos preocupó bastante, tanto a mí como a mi familia y a los directivos y doctores del Hospital, pero no me contagié, aunque tuve que vacunarme durante cinco años y hacerme las pruebas del sida también cinco años después, dando negativo. Todo esto que ahora cuento aquí es una mínima parte de lo mucho que he vivido durante estos años y sobre todo es muy poco para las experiencias que he adquirido a nivel personal.
Una de mis conclusiones más importantes extraídas de este tiempo es que el trato con las personas que se encuentran en momentos difíciles es básico para el crecimiento personal de quien escucha. Cuando comencé a trabajar, en 1985, era inmadura e inexperta. Es cierto que nunca dejamos de crecer y que en muchos aspectos soy todavía una niña, pero una gran parte de mi madurez se la debo a mis años en el Hospital Provincial de Alicante y no puedo evitar derramar alguna lágrima cuando paso por delante y lo veo convertido en museo porque las experiencias vividas en aquellos pasillos fueron muy fuertes. Ahora mismo casi estoy llorando. Hace dos años fui al Museo Marq con un compañero de Auca de las Letras, Francisco Alonso Ruiz, a la presentación de la Senda del Poeta, Miguel Hernández y al ver la escalera que conducía a los despachos del piso superior sellada con un cartel en el que se leía Prohibido Pasar, las lágrimas recorrieron mi cara sin poder evitarlo, ante la estupefacción de la gente. Podría escribir un libro con todo esto , pero ya tengo demasiados libros escritos que no puedo publicar.
Cualquier trabajador de hospital se desenvuelve en medio de la crudeza de la vida y de la muerte. Yo podría decir que "todos somos polvo" pero quizás quedaría un poco de Bécquer. Eso sí, puedo decir que aunque ahora mi trato con el paciente es mínimo, la esencia que en mí perdura desde entonces es que todos somos por encima de cualquier otra cosa líquidos orgánicos: sangre, orines, heces, sudor, vómito, flujo y semen...

María José Arques Cano

sábado, 10 de noviembre de 2012

EN EL PACÍFICO, LIBRO DE POESÍA

http://www.lulu.com/shop/mar%C3%ADa-jos%C3%A9-arques-cano/en-el-pac%C3%ADfico/paperback/product-20503141.html

domingo, 1 de abril de 2012

SEXO DESINHIBIDAMENTE DESNUDO

SEXO DESINHIBIDAMENTE DESNUDO

Hoy me he levantado pregúntandome con qué criterio absurdo se catalogó a las mujeres como campanas, cilindros o diábolos y desde luego puedo asegurar que yo ni soy campana, ni soy diábolo , ni soy cilindro; yo soy mujer, una gran mujer, como somos el resto de mujeres que cada día utilizamos el intelecto en nuestros trabajos, el cariño en nuestros hijos y en nuestras parejas y también, por supuesto, la voluntad y la autoestima en la belleza de nuestros cuerpos. Opino que la manipulación exhaustiva de la sociedad ha pretendido y pretende estandarizar la belleza, algo tan sublime que es casi etéreo en su concepto por su gran subjetividad y que nadie debería atreverse a catalogar .


Pero no es éste un texto que reivindique el papel de la mujer en la sociedad ni que quiera desprestigiar el vacío del mundo de la moda. Yo quiero hablar de sexo y por tanto de lengua que lame sin miedo. Y que lame cuerpos que no siempre figuran dentro de los cánones que nuestra sociedad ha delimitado como "bellos". Y sin embargo sus lenguas siguen llevando a infinitos e inconfesables placeres. Porque en el mundo del sexo no es lícito ni práctico pararse a observar si los cuerpos que entran en el juego amoroso son cilindros o campanas, sino que, rotas las barreras , la entrega ha de ser total y la desinhibición máxima ya que sólo de este modo es posible llegar a disfrutar de la alegría que el sexo proporciona.

Es por eso que escribo estas líneas con la certeza de que es éste un tema espinoso del que podrían tratar infinidad de folios. Sin embargo quiero condesar en pocas palabras lo que pienso que puede ser una fuente de ayuda para algunas personas que practican sexo encontrándose atadas a sus complejos. Y no me refiero a personas realmente acomplejadas que han de ser tratadas por profesionales (que también, por supuesto); estoy aludiendo a muchos de nosotros, hombres y mujeres, que aún siendo totalmente liberales respecto a la sexualidad nos hemos visto en algunas ocasiones cohibidos a la hora de mostras nuestros cuerpos desnudos.

Es importante la actitud de total entrega durante el acto sexual para que el goce resulte pleno por eso me parece de vital necesidad apartar de nuestras mentes el concepto erróneo de que aquellos que van a gozar con nuestros cuerpos van a estar pendientes de la perfección de nuestras curvas ya que tanto nosotros como nuestros compañeros y compañeras sexuales debemos centrarnos en acertar dónde lamemos o dónde acariciamos guiándonos por la actitud del otro. Sólo así conseguiremos apartar las frustraciones innecesarias y disfrutar al máximo de cada encuentro. Para ello podemos asistir a alguna terapia o también, de modo más sencillo, es posible realizar por nuestra cuenta ejercicios para reforzar nuestra autoestima.
Sabemos que el sexo es muy importante en el desarrollo del individuo y redunda en su felicidad de forma directa. No debemos permitir que los intereses creados de la sociedad se inmiscuyan en algo tan hermoso deteriorando y ensuciando su autenticidad.

María José Arques Cano

miércoles, 14 de marzo de 2012

REPERTORIO DRAMÁTICO/MUSICAL DE JOSÉ ARQUES LLORÉNS EN SGAE

Consultado el REPERTORIO DRAMÁTICO/MUSICAL de José Arques Lloréns en SGAE, aparecen quince títulos, entre ellos LA MANTA AL COLL. Suponemos que todos los títulos corresponden a canciones pero no podemos asegurarlo, ya que SGAE sólo nos ha entregado las partiruras de FRAGOLO y de LA MANTA AL COLL. Alguno de los títulos podría tratarse de una parodia ya que mi padre escribió varias, algunas de las cuales, como la titulada EL PROFESOR MAJARETA fue escenificada por los teatros de la geografía española en varias compañías de variedades.
A continuación paso a enumerar estas obras.

1. ¡AY QUÉ BOMBA!
2. CIRUJANO
3. EL DEPORTE NY MI MUJER
4. EL REÍR ES VIVIR
5. FRAGOLO
6. FUE A POR CERILLAS
7. LA MANTA LA COLL
8. LA TARUGO
9. LA VACA AGUERA
10. LOCA POR AMOR
11. LOS GLOBITOS DEL TÍO JUAN
12. PAELLA
13. PARA TRIUNFAR
14. TRES DÍAS
15. VAYA UN PORTAZO

María José Arques Cano

viernes, 9 de marzo de 2012

REIKI PRESENCIAL Y A DISTANCIA

"El reiki está al alcance de cualquiera, todo el mundo puede hacerlo y siempre es para bien"
John Curtin, Maestro REIKI


  • El reiki, reconocido por la OMS, consiste en canalizar energía con las manos
  • Es una técnica habitual en más de 1.000 hospitales de EEUU y Reino Unido
  • Cualquiera puede aprender a dar reiki tras un sencillo curso de iniciación

Cuando nos duele algo, el estómago o una muela, automáticamente nos llevamos la mano a ese lugar como si el simple contacto nos aliviara el dolor. De forma natural, sin darnos cuenta, aplicamos el fundamento del reiki, una terapia milenaria japonesa para sanar a través de las manos que cada vez tienen más adeptos en Europa. Las personas que lo practican aseguran que es asombroso cómo funciona y muchas afirman que ha cambiado su vida. Incluso la medicina convencional, siempre escéptica ante este tipo de técnicas alternativas, ya ha empezado a impartirlo en hospitales.

El reiki, que en japonés significa 'energía universal', consiste en canalizar a través de las manos una poderosa fuente de vibración, que está fuera, hacia uno mismo o hacia otras personas para curar enfermedades físicas o sanar emociones. Además, cualquiera puede practicarlo o recibirlo, ya que no es un 'don' especial reservado a unos privilegiados, sino una técnica que se puede aprender.


Aunque esta práctica de canalizar energía tiene más de 3.000 años de antigüedad, cayó casi en el olvido hasta que fue rescatada en 1920 por el doctor Usui, un monje y catedrático japonés al que se considera el primer maestro reiki.

Al igual que la acupuntura o el shiatsu, esta técnica parte de una tesis muy sencilla: que el ser humano es "todo energía", afirmación que aunque parece muy esotérica comparte aspectos con la física cuántica. El reiki sostiene que cuando la energía se bloquea, por cualquier circunstancia, es cuando se produce una enfermedad. La imposición de las manos en la zona enquistada, donde la energía ha quedado taponada, sirve para disolver ese 'nudo' que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.

"El reiki es una herramienta muy poderosa que está al alcance de cualquiera. No hace falta nada especial, todo el mundo puede hacerlo. Además, no tiene contraindicaciones porque siempre es para bien", asegura John Curtin, maestro reiki y presidente de la Fundación Sauce, donde ya se han formado más de 6.000 alumnos en los cursos que imparte para instruirse en esta técnica.


Curtin se topó con el reiki más por necesidad que por convencimiento. Hace años, cuando dirigía una empresa de informática, sufrió una parálisis facial que le dejó inutilizado un lado de la cara. Los neurólogos le dijeron que no tenía curación y que se quedaría así de por vida. Después de probar de todo, empezó a recibir reiki y en tres meses recuperó la movilidad de la cara por completo. "Como informático era muy escéptico ante este tipo de terapias, pero experimenté en mí los resultados. Siempre digo que lo importante no es si te lo crees o no, lo importante es que el reiki funciona", explica Curtin.

Terapia en hospitales

El reiki no sólo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que además actúa como complemento, ya que en ningún caso se recomienda suspender ninguna medicación para sustituirla con esta técnica. Además, está reconocida como terapia alternativa por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, en Estados Unidos y Reino Unido ya se utiliza en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud. En el estado de Nueva York, hasta los servicios de emergencia están formados para dar reiki.

[foto de la noticia]

Usui, primer maestro reiki.

En España, donde esta terapia aún lleva pocos años de desarrollo, aún no se ha llegado tan lejos, pero ya se aplica en varios hospitales como el Gregorio Marañón o La Paz gracias a los buenos resultados que se han observado en los pacientes. "Contamos con acuerdos de colaboración con cinco hospitales de Madrid para aplicación de reiki a enfermos", asegura Curtin. La fundación que dirige cuenta con más de 300 voluntarios que imponen las manos a los enfermos para aliviar sus dolores.

Entre otros, muchos pacientes de cáncer reciben sesiones de reiki, ya que se ha usado con éxito en combinación con la quimioterapia para ayudar al organismo a mantener la fortaleza física necesaria para soportar el tratamiento. "Aprendí reiki para ayudar a mi tía que padece cáncer. Ahora me dice que se siente mejor después de darle una sesión. Sé que desde fuera parece una locura, pero es alucinante", explica María Jesús.

Sus seguidores aseguran que el reiki sirve para sanar una interminable lista de enfermedades, tanto físicas como emocionales. Así, afirman que su "práctica habitual" puede aliviar e incluso curar dolores crónicos como la artritis, reuma o migrañas. También acelerar la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayudar el organismo a combatir infecciones o mitigar el estrés y la ansiedad.

Contra la depresión

La práctica de la imposición de manos también lucha contra la enfermedad del siglo XXI: la depresión. "Como su objetivo es equilibrar energéticamente a la persona tanto física como espiritualmente, este tipo de dolencias psíquicas desaparecen cuando la persona vuelve a su estado de equilibrio", explica Curtin.

"No hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas", dice una máxima reiki

Es el caso de Candela, una azafata que padece depresión y lleva años medicada sin obtener ninguna mejoría. Acudió a ver a John Curtin para recibir un tratamiento, que se compone de un mínimo de tres sesiones de reiki, porque una amiga se lo había recomendado. "Entendí que mi depresión provenía de un bloqueo emocional y las sesiones de reiki me sirvieron para liberar esa angustia contenida. Sentía como una bola en la garganta y otra en el pecho que me impedían respirar. Poco a poco esa bola que hasta notaba físicamente se han ido disolviendo y ahora casi no tomo medicación", explica Candela.

Como todas las técnicas orientales, el reiki trata a la persona como a un todo. Es decir, no distingue entre cuerpo y espíritu. Hay una máxima de esta técnica que dice que "no hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas". Así, los maestros mantienen que las dolencias no se dan aisladas, sino como consecuencia del desequilibrio entre alma y cuerpo.

Manuela González también se dedica a dar sesiones de reiki. Asegura que la fuerza que sale de sus manos -ella es sólo un canal- lo único que hace es restablecer el orden, porque hay veces que "las energías están en guerra civil". Muchas personas acuden a su consulta para darse "un chute de energía" como dice entre risas José María, director de márketing de una página web o para tratar las dolencias de "una enfermedad reumática", en el caso de María, periodista.

"Autosanamos nosotros, es una capacidad natural que todos tenemos"
Manuela González Yáñez, maestra reiki

"Cuando nos sentimos mal, insatisfechos, enfermos físicamente o emocionalmente la terapia de reiki nos ayuda a reconocer nuestra esencia y lo que necesitamos modificar, que puede que no coincida con lo que nosotros queremos, para permanecer en un estado de salud", explica González, maestra de reiki por la Asociación Servicio reiki.

Los maestros reiki defienden el asombroso poder de autocuración del ser humano que se pierde con los años. "En definitiva, autosanamos nosotros, que es una capacidad natural que todos tenemos y que con la ayuda de un maestro de reiki empezamos a redescubrir", recalca González. Así, coincide con Curtin en que es el paciente el que "toma las riendas" de su propia sanación.

Sin vinculación ideológica

Como terapia energética el reiki no está vinculado a ninguna ideología ni religión. De hecho, la Iglesia Católica tiene a maestros reiki entre sus miembros. No en vano en el Nuevo Testamento se relata cómo los apóstoles realizaban milagros mediante la imposición de manos para sanar en nombre de Jesús. Cambian la manera de decirlo pero no el significado: donde la tradición japonesa habla de energía universal de la vida, los católicos dicen Dios. "No es incompatible con la fe católica, para mí es Dios el que cura. De hecho, yo abro la sesión de reiki con un Ave María", explica sor Margarita, una monja que estudió reiki como herramienta para aliviar a los más desfavorecidos. Es más, el propio Juan Pablo II dio la bendición a sor Mariusza, monja polaca y maestra reiki por su labor en la Congregación de la Posjonistek.

Los que lo practican aseguran que cuanto más reiki haces, mejor te sientes. Y es que descubrir que tu salud y tu felicidad están al alcance de tu mano, nunca mejor dicho, lo cambia todo. Aunque todavía muchos se resiste a creer que el poder está en la palma de su mano.

¿Cómo es una sesión de reiki?

Una sesión de reiki suele durar 45 minutos. El paciente se acuesta en una camilla en un ambiente tranquilo mientras el maestro posa sus manos en distintas zonas de su cuerpo. Hay doce posiciones de manos, se empieza por la cabeza (nuca) y se termina con las plantas de los pies, reequilibrando todos los centros de energía o 'chakras'. Durante la sesión, es habitual cerrar los ojos porque es normal que el paciente se quede dormido o entre en profunda relajación. Tras el tratamiento, se recomienda beber mucha agua y estar muy atentos a los cambios que sucedan en el cuerpo.

¿Quién puede dar reiki?

Todo el mundo puede hacerlo. No hay que tener ninguna condición especial. Aunque sí hay que hacer un sencillo curso que dura un fin de semana en el que a través de un rito de iniciación se "abre el canal" por el que te conviertes en transmisor de energía. En el Nivel I se imparten unas nociones básicas sobre la técnica de imposición de manos. Al terminar, recibes un diploma y la información necesaria para dar sesiones de reiki a otras personas e incluso a ti mismo.

Deben pasar un mínimo de seis meses para iniciar el Nivel II, cuya complejidad se acrecienta y en el que por ejemplo se aprende a sanar a distancia o disolver situaciones pasadas. Después le sigue el nivel III y el IV, y al fin, el curso de maestro. La maestría de reiki es transmitida por el maestro directamente. Cada maestro puede iniciar a otras personas en los distintos niveles. Actualmente, hay aproximadamente 15.000 maestros de reiki en el mundo y su práctica crece sigue creciendo.

Crisis de sanación

Es normal que se produzca lo que se denomina 'crisis de sanación', un empeoramiento temporal de los mismos síntomas que se tratan. "Es un proceso por el cual el cuerpo se libera de toxinas y de todo lo que le estaba molestando. Lo importante es que es pasajero y que una vez pasada la crisis, la persona se siente mejor que antes del tratamiento", explica Curtin.


Ofrezco reiki presencial y a distancia

. Para contactar: 679248312

lunes, 20 de febrero de 2012

LUZ Y CAMINOS

La luz abre caminos. He creado en Facebook una página titulada LUZ Y CAMINOS en la que escribiré pensamientos enriquecedores tanto de mi humilde inspiración como de tantos maravillosos y geniales sabios que han ayudado al ser humano a crecer espiritualmente a lo largo de la historia en la que incluyo lo que yo denomino POEMAS DE AUTOAYUDA.

Éste es el enlace:

http://www.facebook.com/pages/Luz-y-caminos/303674166356587?ref=tn_tnmn

martes, 8 de marzo de 2011

LOS RECUERDOS DE MI VIDA LABORAL EN EL Día Internacional de la Mujer Trabajadora

LOS RECUERDOS DE MI VIDA LABORAL


Mis recuerdos laborales son una mezcla dantesca de la vida con la muerte, del dolor con la alegría, de la risa con el llanto. Y hablo de recuerdos porque en las salas donde ahora luce la historia antigua de Alicante encerrada en urnas de cristal, viví momentos inolvidables que me marcaron para siempre. Luego fui trasladada al Hospital de San Juan y allí, como telefonista desempeño mi labor en turno rodado, ofreciendo mi voz como único contacto con familiares y pacientes, salvo cuando impartí el taller de poesía para pacientes psiquiátricos, algo que busqué con ansia, pues me urgía ese contacto humano con el paciente que ya había probado en el Hospital Provincial y que desde antaño añoraba.

En el Hospital Provincial trabajé en diferentes servicios y conocí distintas facetas humanas, tanto de mis compañeros como de los pacientes. Me comuniqué a diario con los presos de Foncalent, a los que llevaba en secreto tabaco y revistas. Y al mismo tiempo me iba a almorzar con los policías que los custodiaban. Conocí de cerca el cáncer en casi todas sus variedades y fases y el VIH. Tuve en mis manos vísceras humanas y limpié la cámara mortuoria introduciéndome en ella como si fuera un cadáver y me pinché en Radiología con una jeringuilla con la que había sido inyectado un preso con Hepatitis C, algo que nos preocupó bastante, tanto a mí como a mi familia y a los directivos y doctores del Hospital, pero no me contagié, aunque tuve que vacunarme durante cinco años y hacerme las pruebas del sida también cinco años después, dando negativo. Todo esto que ahora cuento aquí es una mínima parte de lo mucho que he vivido durante estos años y sobre todo es muy poco para las experiencias que he adquirido a nivel personal.

Una de mis conclusiones más importantes extraídas de este tiempo es que el trato con las personas que se encuentran en momentos difíciles es básico para el crecimiento personal de quien escucha. Cuando comencé a trabajar, en 1985, era inmadura e inexperta. Es cierto que nunca dejamos de crecer y que en muchos aspectos soy todavía una niña, pero una gran parte de mi madurez se la debo a mis años en el Hospital Provincial de Alicante y no puedo evitar derramar alguna lágrima cuando paso por delante y lo veo convertido en museo porque las experiencias vividas en aquellos pasillos fueron muy fuertes. Ahora mismo casi estoy llorando. Hace dos años fui al Museo Marq con un compañero de Auca de las Letras, Francisco Alonso Ruiz, a la presentación de la Senda del Poeta, Miguel Hernández y al ver la escalera que conducía a los despachos del piso superior sellada con un cartel en el que se leía Prohibido Pasar, las lágrimas recorrieron mi cara sin poder evitarlo, ante la estupefacción de la gente. Podría escribir un libro con todo esto , pero ya tengo demasiados libros escritos que no puedo publicar.

Cualquier trabajador de hospital se desenvuelve en medio de la crudeza de la vida y de la muerte. Yo podría decir que "todos somos polvo" pero quizás quedaría un poco de Bécquer. Eso sí, puedo decir que aunque ahora mi trato con el paciente es mínimo, la esencia que en mí perdura desde entonces es que todos somos por encima de cualquier otra cosa líquidos orgánicos: sangre, orines, heces, sudor, vómito, flujo y semen...